SURA 9
At-Tauba (El Arrepentimiento)
Período de Medina
A DIFERENCIA del resto de los suras del Qur’an, At-Tauba no viene precedida de la invocación “En el nombre de Dios, el Más Misericordioso, el Dispensador de Gracia”. Esta omisión, evidentemente deliberada, ha dado lugar a la opinión de muchos Compañeros del Profeta de que At-Tauba es en realidad la continuación de Al-Anfal, y de que juntos constituyen un solo sura (Samajshari), a pesar de que la revelación de ambos está separada por un lapso de aproximadamente siete años. Aunque no existe testimonio alguno acerca de que el Profeta se expresara en estos términos (Rasi), la conexión interna entre At-Tauba y Al-Anfal es a todas luces evidente. Los dos están dedicados casi por entero a los problemas de la guerra entre los creyentes y los que niegan la verdad; hacia el final de Al-Anfal se hace mención de los tratados y de la posibilidad de que tales tratados fueran violados por los no-creyentes—tema que se recoge y se desarrolla al comienzo de At-Tauba; y tanto Al-Anfal como At-Tauba insisten de forma especial sobre la distinción moral entre los creyentes, por un lado, y sus enemigos y oponentes, por el otro.
Una gran parte de At-Tauba se ocupa de las condiciones existentes en Medina antes de la expedición del Profeta a Tabuk, en el año 9 heg., y del espíritu pusilánime que mostraron algunos de sus supuestos seguidores. No existe apenas duda de que la casi totalidad de este sura fue revelado poco antes, durante e inmediatamente después de esa campaña, y en su mayor parte durante la larga marcha de Medina a Tabuk. (Acerca de los motivos de esta campaña, véanse las notas 59 y 142.)
El título del sura proviene de las referencias frecuentes que en él se hacen al arrepentimiento (tauba) de los extraviados y a su aceptación por parte de Dios. Algunos de los Compañeros lo conocían por Al-Bara’a (“Exención de responsabilidad”), título tomado de su palabra inicial; y Samajshari menciona también otros nombres con los que este sura era designado por los Compañeros del Profeta y por sus inmediatos sucesores. At-Tauba concluye el grupo de suras conocidos como “los siete suras largos” (es decir, el grupo de capítulos, inconfundible y casi independiente, que comienza con Al-Baqara y termina con la combinación de Al-Anfal y At-Tauba); y resulta significativo que algunos de los versículos finales de este grupo (a saber, 9:124-127) retornen al tema que domina la primera parte de Al-Baqara (2:6-20): el problema de “aquellos en cuyos corazones hay enfermedad” y que no pueden alcanzar la fe porque “se obstinan en negar la verdad” cada vez que esta entra en conflicto con sus nociones preconcebidas, sus gustos y sus antipatías: eterno problema de aquellas gentes que no pueden ser convencidas por ningún mensaje espiritual porque no quieren entender la verdad (9:127), y que con esto “sólo se engañan a sí mismos, y no se dan cuenta” (2:9).