Introducción a La Cosmologia según Ibn Arabi

La cosmología de Ibn Arabi tiene sus raíces en los principios del misticismo islámico (sufismo) y la filosofía metafísica. Presenta una visión compleja e intrincada del universo y su relación con lo Divino. Aquí hay algunos aspectos clave de la cosmología de Ibn Arabi:

Unidad del Ser (Wahdat al-Wujud)

En el centro de la cosmología de Ibn Arabi se encuentra el concepto de Unidad del Ser, que sugiere que toda existencia es una manifestación de la única y verdadera realidad, que es Dios. Todo en el universo es un reflejo de la Esencia Divina.

«Wahdat al-Wujud» (Unidad del Ser) Se refiere a la profunda comprensión metafísica de que toda la existencia es una manifestación de la Realidad Divina o la Fuente Última (Dios). En otras palabras, enfatiza la unidad fundamental y la interconexión de todas las cosas, donde todo deriva su existencia y realidad del Único Ser Divino.

Según Ibn Arabi, los reinos físico y espiritual no están separados de Dios; más bien, son expresiones de los atributos de Dios y manifestaciones de Su esencia. Este concepto puede verse como una comprensión radical no dualista de la realidad, donde no existe una verdadera separación entre el Creador y la creación.

Los puntos clave relacionados con «Wahdat al-Wujud» según la perspectiva de Ibn Arabi incluyen:

1.Unidad de existencia: el concepto de unidad de Ibn Arabi se extiende más allá de una idea filosófica. Es una comprensión profundamente experiencial de la realidad donde el místico percibe la presencia Divina en todo. Esto conduce a un sentido de unidad con toda la creación.

2.Manifestación de Atributos: Ibn Arabi enfatiza que la diversidad y multiplicidad en el mundo son reflejos de los atributos y cualidades de Dios. Cada cosa creada refleja un aspecto particular de lo Divino.

3.Viaje Espiritual: El reconocimiento de la unidad del ser es un paso significativo en el viaje espiritual del Sufi. Implica trascender la ilusión de la separación y alcanzar una profunda conciencia de la presencia de Dios en todas las cosas.

4.Respeto por la Creación: El concepto de unidad fomenta un sentido de reverencia y cuidado por toda la creación. Implica reconocer la santidad de toda existencia debido a su conexión inherente con lo Divino.

Jerarquía de Existencia

Ibn Arabi describe el cosmos como una estructura jerárquica con diferentes niveles de existencia a menudo denominado «La Jerarquía Divina» o «La Gran Cadena del Ser». En su intrincado marco metafísico, describe un orden estructurado de existencia que abarca varios niveles o grados de realidad, cada uno de los cuales refleja diferentes aspectos de lo Divino. Las jerarquías de la existencia en la cosmología de Ibn Arabi se pueden resumir de la siguiente manera:

  1. Esencia Divina (Dhāt): En el nivel más alto de la jerarquía se encuentra la Esencia Divina misma, que trasciende todos los atributos y categorías. Esta es la realidad última, más allá de todas las descripciones y definiciones.
  2. Nombres y Atributos Divinos (Asmā’ y Ṣifāt): La Esencia Divina se manifiesta a través de una multiplicidad de atributos y nombres, cada uno de los cuales representa un aspecto particular de Dios. Estos nombres y atributos forman el reino intermedio entre lo Divino trascendente y el mundo creado.
  3. El Alma Universal (Nafs Kulli): Este es el reino donde los Nombres y Atributos Divinos entran en una unidad colectiva. Es un reino sutil que cierra la brecha entre lo Divino y el universo creado.
  4. La Pluma (al-Qalam) y la Tabla (al-Lawḥ): La Pluma representa el mandato divino o principio creativo, mientras que la Tabla se refiere al conocimiento divino. Este nivel marca la transición de lo puramente espiritual al reino de la manifestación.
  5. El Trono (al-ʿArsh) y el Pedestal (al-Kursi): El Trono es un símbolo de la soberanía y el dominio divinos, mientras que el Pedestal representa la base sobre la cual se establece el universo creado.
  6. El Reino Angélico: Los ángeles, como seres celestiales, juegan un papel crucial en la transmisión del conocimiento divino y en el cumplimiento de los mandatos de Dios.
  7. Almas humanas: Las almas humanas ocupan un lugar importante en la jerarquía. Tienen el potencial de reflejar los Nombres y Atributos Divinos y alcanzar la cercanía con Dios a través de la realización espiritual.
  8. El Mundo Material: El nivel más bajo de la jerarquía es el mundo material, que es un reflejo de los Nombres y Atributos Divinos en forma velada y limitada.

Nombres y Atributos Divinos

En la visión cosmológica de Ibn Arabi, los Nombres Divinos (Asma’ al-Husna) juegan un papel central y profundo. Su perspectiva sobre los Nombres Divinos está estrechamente entrelazada con su comprensión de la naturaleza de la realidad, la relación entre Dios y la creación, y el viaje espiritual del buscador. Enfatiza la importancia de los Nombres y Atributos Divinos, considerándolos como los principios subyacentes que gobiernan todo el cosmos. Cada entidad o fenómeno en el universo refleja un Nombre Divino específico. Los Nombres Divinos resaltan la tensión entre los aspectos trascendente e inmanente de Dios. Si bien la Esencia Divina está más allá de la comprensión humana, los Nombres brindan un medio a través del cual las personas pueden acercarse y experimentar la presencia de Dios.

Para Ibn Arabi los Nombres divinos son Manifestación de Atributos, donde el universo creado es una manifestación de los Nombres y Atributos Divinos. Cada ser y fenómeno existente refleja una faceta particular de los atributos de Dios. La diversidad y multiplicidad del mundo son una expresión de las diversas formas en que se manifiestan los Nombres Divinos. A su vez, estos nombres sirven como Guías para los buscadores en el camino espiritual. Al contemplar y encarnar estos Nombres, las personas pueden acercarse a Dios y reflejar Sus cualidades en su propio carácter.

Los nombres divinos tambien aportan un Camino de Realización Espiritual, ya que Ibn Arabi enfatiza la importancia de reconocer y realizar los Nombres Divinos dentro de uno mismo. El viaje de autodescubrimiento y autotransformación implica alinear las cualidades internas de uno con los Atributos Divinos. Los nombres divinos tienen un significado tanto personal como universal. Guían a las personas en su transformación interna y brindan un marco para comprender el propósito y el significado de la creación como un todo.

Si bien hay muchos Nombres Divinos, Ibn Arabi sostiene que, en última instancia, todos apuntan a la misma Realidad Divina. Los Nombres no son entidades separadas o independientes; más bien, son aspectos interconectados de la Única Esencia Divina. Pero tambien son diferentes etapas de manifestación, donde los Nombres Divinos son revelados y reflejados sucesivamente en el mundo creado. Estas etapas abarcan tanto el viaje espiritual de los individuos como el desarrollo cósmico de la existencia.

Hombre universal (al-Insan al-Kamil)

Ibn Arabi introduce el concepto del «Hombre universal», que representa al ser humano perfecto y que lo abarca todo, que encarna el potencial de todos los seres humanos. El Hombre Universal es un arquetipo cósmico, que abarca toda la creación. Según Ibn Arabi, al-Insan al-Kamil se refiere a un individuo que ha alcanzado el nivel más alto de realización y perfección espiritual.

El ser Humano Perfecto ha alcanzado un estado de unidad y cercanía con lo Divino. Su ser interior está en armonía con los atributos de Dios, y encarnan los Nombres Divinos en la mayor medida posible para un ser humano. También posee un elevado nivel de conciencia que trasciende el ego individual. Ve la interconexión de toda la existencia y reconoce la presencia Divina en todo.

El Humano Perfecto encarna virtudes como el amor, la compasión, la humildad y la sabiduría. Sus acciones y carácter reflejan las cualidades de lo Divino y ha experimentado una profunda transformación interna, purificando su corazón y alma de los deseos y apegos impulsados ​​por el ego. Han alcanzado un estado de pureza y sinceridad en sus intenciones.

El Humano Perfecto se convierte en un guía espiritual y una fuente de inspiración para otros en el camino de la realización espiritual. Pueden proporcionar orientación e iluminar el camino para los buscadores debido a que posee conocimiento esotérico y comprensión de los misterios de la existencia. Su comprensión se extiende más allá del conocimiento convencional, abarcando verdades metafísicas y realidades más profundas.

El concepto de al-Insan al-Kamil destaca el potencial de cada individuo para realizar su naturaleza espiritual y trascender las limitaciones del ego. Sirve como un recordatorio del objetivo final de la existencia humana.

Los conceptos de «al-Insan al-Kamil» (el Humano Perfecto) y el «Alma Universal» están relacionados en las enseñanzas de Ibn Arabi, pero no son exactamente lo mismo. Ambos representan profundas ideas místicas y metafísicas, pero se enfocan en diferentes aspectos de su cosmología y filosofía sufí. El Alma Universal es un reino en la cosmología de Ibn Arabi que cierra la brecha entre los Nombres Divinos y el universo creado. Es un nivel de existencia donde los Atributos Divinos entran en una unidad colectiva. El Alma Universal sirve como conexión entre lo Divino y la multiplicidad de la creación. Es un reino sutil que refleja los Nombres Divinos en un sentido colectivo y juega un papel en el desarrollo del cosmos. Si bien existe una relación entre estos conceptos, el Alma Universal es un ámbito metafísico más amplio, mientras que al-Insan al-Kamil se enfoca más en el individuo perfeccionado que se ha dado cuenta de su potencial espiritual. Ambos conceptos son parte del intrincado marco metafísico de Ibn Arabi y contribuyen a su comprensión holística de la relación entre Dios, la creación y el viaje espiritual.

Amor cósmico y atracción

El amor es un tema central en la cosmología de Ibn Arabi. El universo entero está en un estado de amor y atracción hacia lo Divino. Este amor es la fuerza impulsora detrás de la creación y el sustento. Este concepto está profundamente entrelazado con su comprensión de la relación entre Dios, el universo y el alma humana. Las enseñanzas de Ibn Arabi enfatizan la idea de que todo el cosmos está imbuido de Amor Divino y una atracción magnética hacia la unidad con lo Divino. Ibn Arabi ve el Amor Divino (Ishq) como la fuerza impulsora detrás de todo el cosmos. El Amor de Dios es el poder creativo y sustentador que continuamente atrae a toda la creación hacia la unidad con Él.

Así como el hierro es naturalmente atraído por un imán, todos los seres del universo son atraídos hacia su origen, que es Dios. Esta atracción es una cualidad inherente de la existencia, y cada entidad, consciente o inconscientemente, se está moviendo hacia su fuente última. Ibn Arabi describe una jerarquía del amor en su cosmología, donde diferentes seres y entidades se sienten atraídos por Dios en diversos grados. El ser humano, dotado de intelecto y libre albedrío, tiene la capacidad de responder conscientemente al Amor Divino y participar en el camino de regreso a Dios.

El viaje del buscador implica la revelación mística (Kashf), donde el Amor Divino se revela gradualmente ante ellos. A través del proceso de aniquilación en Dios (Fanā’ fi’llāh), el ego y la separación del individuo se disuelven, permitiéndole experimentar el Amor Divino y la Unidad de una manera profunda. Siendo El universo una manifestación de los Nombres y Atributos Divinos, cada ser refleja un aspecto específico del Amor y las cualidades de Dios. A través del Amor Divino, la multiplicidad de la creación forma una unidad armoniosa en su diversidad.

En el estado de verdadera realización, el amante, el acto de amar y el amado se vuelven uno. El buscador reconoce que el Amor Divino no es algo separado de sí mismo; más bien, es su misma esencia. Si bien el Amor Divino es el motor principal, los seres humanos tienen un papel que desempeñar para responder a este Amor y alinearse conscientemente con él. A través de prácticas espirituales, devoción y purificación interior, las personas pueden aumentar su conciencia del Amor Divino y cultivar una conexión más profunda con él.

El concepto de atracción y amor cósmico de Ibn Arabi subraya la idea de que todo el cosmos está comprometido en un viaje profundo y decidido de regreso a su Fuente. Esta comprensión sirve como tema central en sus enseñanzas y tiene profundas implicaciones para la naturaleza de la realidad, el propósito de la existencia humana y la relación entre el mundo creado y lo Divino.

Manifestación y Revelación (Kashf)

Según Ibn Arabi, el universo es un proceso continuo de manifestación y revelación de lo Divino. La esencia de Dios está oculta en el mundo creado y, a través de la realización espiritual, las personas pueden experimentar la revelación de las verdades divinas.

El término «kashf» (árabe: كشف) a menudo se traduce como «revelación» o «revelación», y se refiere a una profunda experiencia espiritual a través de la cual se revelan al buscador verdades ocultas o esotéricas. Es una forma de intuición mística o conocimiento directo que trasciende la percepción y el entendimiento ordinarios.

Kashf implica una forma de conocimiento directa, inmediata e intuitiva. No se adquiere a través del razonamiento intelectual o la observación empírica, sino que es una experiencia directa de las verdades divinas. Pertenece a la percepción interior de las realidades espirituales y metafísicas. Permite al buscador aprehender capas más profundas de significado más allá de la apariencia superficial de las cosas. A través de kashf, el buscador puede recibir información sobre los Nombres Divinos, los Atributos y los misterios de la existencia. Puede conducir a una comprensión más profunda de la naturaleza de Dios, el cosmos y el viaje espiritual. es lo que llamariamos hoy en dia: Canalización.

Este estado a menudo se asocia con estados de aniquilación en Dios (Fanā’) y testimonio (Mushāhada), donde el ego y la separación del individuo se disuelven, lo que les permite experimentar directamente la Presencia Divina y las realidades. Por supuesto se considera una forma de guía divina, donde al buscador se le otorgan vislumbres del reino divino y recibe orientación en su camino espiritual. Al Kashf puede tomar varias formas, como visiones, sueños, percepciones internas y revelaciones. No se limita a las experiencias sensoriales, sino que también puede ocurrir en el ámbito del corazón y el alma. Cabe anotar que es una experiencia altamente personal y subjetiva. Lo que se revela a un individuo puede no ser necesariamente lo mismo para otro. Está condicionado al estado espiritual, la preparación y la receptividad del buscador.

el Kashf no se opone al conocimiento intelectual sino que lo complementa. Según Ibn Arabi, el místico debe integrar al kashf con la comprensión racional para llegar a una comprensión holística de las verdades espirituales. básciamente unir el hemisferio derecho (kashf) con el izquierdo (la logica y la razón) el matrimonio de lo femenino y lo masculino.

Los escritos de Ibn Arabi están repletos de descripciones de sus propias experiencias y sus kashf. Él considera esto un aspecto significativo del viaje místico, que permite al buscador acceder a dimensiones más profundas de la realidad y acercarse a lo Divino. Sin embargo, también enfatiza la importancia del equilibrio, la humildad y el discernimiento al interpretar e integrar las experiencias en el camino espiritual.

Tiempo y Eternidad

Ibn Arabi explora la naturaleza del tiempo y la eternidad, enfatizando que todos los momentos están eternamente presentes en el conocimiento Divino. El tiempo es una dimensión de la percepción humana, mientras que en realidad todo está eternamente presente en el conocimiento de Dios. Sus escritos ofrecen información sobre la naturaleza del tiempo, su relación con lo Divino y su significado en el contexto del viaje espiritual humano. Ibn Arabi enfatiza que la Esencia Divina (Dhāt) está más allá de las limitaciones del tiempo. Dios existe en un reino eterno y atemporal que trasciende el mundo temporal. La eternidad, en este sentido, es un atributo de lo Divino.

Mientras que la Esencia Divina está más allá del tiempo, los atributos y manifestaciones de Dios están presentes en el ámbito temporal. La creación es un despliegue continuo de atributos divinos a lo largo del tiempo, que refleja diferentes aspectos de la naturaleza de Dios. Ibn Arabi considera el tiempo como una creación de Dios. El tiempo mismo es un reflejo de los atributos divinos y un medio a través del cual el poder creativo de Dios se manifiesta en el universo.

El ser humano experimenta el tiempo debido a su naturaleza finita y limitada. El tiempo es una dimensión a través de la cual los individuos realizan su viaje espiritual, buscando trascender las limitaciones de la existencia temporal y alcanzar la cercanía con lo Divino.

Ibn Arabi introduce el concepto del «eterno ahora» (waqt al-wujud) donde todos los momentos del tiempo convergen en un solo momento atemporal. Desde este punto de vista, el pasado, el presente y el futuro se unifican en una realidad trascendente. A través del viaje místico, las personas pueden acceder a un estado de atemporalidad, trascendiendo el flujo ordinario del tiempo. En estos momentos de encuentro divino, el místico experimenta una conexión directa con el reino eterno.

El tiempo sirve como marco para la transformación humana. El buscador espiritual progresa a través de diferentes etapas y estados, acercándose a lo Divino. El objetivo final es trascender el tiempo y alcanzar un estado de unión eterna con Dios. Ibn Arabi a menudo usa conceptos e imágenes temporales como símbolos para transmitir verdades metafísicas más profundas. Emplea un lenguaje alegórico para guiar al lector hacia la comprensión de las realidades eternas más allá de los límites del lenguaje humano.

La exploración de Ibn Arabi del tiempo y la eternidad está entretejida con su marco metafísico más amplio, que enfatiza la relación entre lo Divino, la creación y el viaje espiritual. Sus enseñanzas alientan a los buscadores a contemplar la naturaleza del tiempo y su papel en su búsqueda del conocimiento y la realización divinos.

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