La raíz de la fe es el amor por Allah y Su mensajero. EL amor por Allah debe ser superior al amor de cualquier cosa, y el amor por el profeta debe ser mayor que el amor por cualquier otro ser humano. Cuando amamos a alguien lo recordamos, lo mencionamos, amamos lo que aman y odiamos lo que odian, así debe ser nuestro amor por Allah, debe llevarnos a amar lo que el ama, y odiar lo que el detesta. El amor por Allah y su mensajero, debe llevarnos a detestar la incredulidad, los actos de desobediencia y transgresión. Quien ame por la causa de Allah, ha alcanzado el pináculo de la fe.Cuando el creyente saborea la dulzura de la fe, el amor por el dunia desaparece, y surge una vida pura y buena.
El hadith de Abu Huraira:
Este hadith nos confirma la definición de la fe, consiste en declaraciones de la lengua, acciones del cuerpo, la moral, ética y valores, y mostrar misericordia por la creación de Allah. La declaración de la fe, debe ser hecha con sinceridad, el limpiar el camino de algo dañino es muestra de amor por la creación de Allah y la modestia nos ayuda a alejarnos de aquello que es vil y acercarnos a los actos que son amados por Allah. La fe crece y disminuye a lo largo de estas ramas, es una experiencia espiritual y física.
Cuando surja un conflicto interno entre el amor por dos opuestos, y el amor por el mensajero prevalezca, entonces esa persona tiene una fe pura, de lo contrario hay una deficiencia en su fe.
El amor por el mensajero sobre toda la humanidad, se demuestra por medio de los actos, cuando nos encontramos en una situación en la que alguien amado nos pida ir en contra algo que ha sido una orden del mensajero, ¿Cuál es nuestra respuesta? Nuestras preferencias definen nuestros sentimientos.
Amar al mensajero de Allah sobre todos los humanos, es hacerlo el juez de nuestras disputas. Quien vuelva a las dos fuentes de revelación, el Quran y la Sunnah, en una situación de conflicto, y se deje guiar por Allah y su mensajero, ha demostrado una fe verdadera.
Allah dice en el Quran:
Pero no, por tu Señor que no creerán hasta que no te acepten como árbitro en todo lo que sea motivo de litigio entre ellos y luego no encuentren en sí mismos nada que les impida aceptar lo que decidas y se sometan por completo. Sura an nisa verso 65
Allah jura por sí mismo, demostrando la grandeza del asunto que quien no recurra al profeta, hoy en día a la Sunnah, como árbitro de sus asuntos, y actúe de acuerdo a ella no cree verdaderamente.
La fe no es hacer alardes de nuestra religiosidad, la fe no es solo realizar actos externos ni tampoco es solo de palabras, la fe es también saber actuar en un momento de dificultad. ¿Acaso en el momento de la vulnerabilidad, nos acordamos de Allah y su mensajero? ¿O buscamos la solución a nuestros conflictos basándonos en nuestro criterio y ego?
Hay personas que se ‘‘aferran a la fe’’ en el momento de la dificultad como forma de escape, ocupando la mente para no ver la realidad, sin afrontar los problemas ni tomar las decisiones adecuadas. Esta es una trampa del shaytan, quien los hace creer que están haciendo lo correcto, entran en un estado de ritualismo en el que la mente no está presente ni en el problema ni en el acto de adoración, esperando que la solución caiga milagrosamente del cielo para evitar afrontar la realidad. Esta es una adicción a la fe, y es muy diferente de la fe verdadera, y puede ser una forma de adicción. Las adicciones son formas de escape de la realidad. Un adicto sufre de la incapacidad de afrontar los problemas y buscar soluciones, algunos adoptan la religión como un tipo de adicción.
El adicto a la religión, no es un verdadero creyente, cuando siente que no encuentra la respuesta mágica a sus problemas recurre a otra religión u otra forma de adicción.
El verdadero creyente no utiliza la religión para obtener algún beneficio, el verdadero creyente vive la fe, no la ve como un escape u opción, ve la fe como la única forma de vida real que existe.
Allah nos envía sus signos todos los días, el levantarnos con vida es un signo de Allah, el ver el sol, la luna, las estrellas, el Tawfiq para lograr alcanzar nuestros propósitos, el amor por Él, por Su mensajero y por Su religión, también la inspiración hacia el camino recto. Si contáramos los signos de Allah, jamás terminaríamos. Pero a lo largo de la historia de los profetas y naciones, hemos aprendido que para ganar la victoria sobre nuestros conflictos, hay pasos que debemos seguir. El primero es afrontar el problema y reconocerlo, en ese momento, debemos permanecer pacientes, y pedir la asistencia de Allah, porque sin Su Asistencia no seremos capaces de saber qué camino tomar, y debemos hacer lo necesario, que vaya acorde a nuestra creencia y esperar que Allah nos dé el Tawfiq para solucionar nuestros asuntos.
La paciencia es la respuesta inmediata en el momento en el que entramos en la dificultad. La paciencia no es el resultado de un dolor prologando, ni de un proceso de sanación espiritual, la paciencia es la respuesta inicial ante un estímulo problemático.
El adicto a la religión no le gusta afrontar sus problemas, no sabe ejercer la paciencia ni busca ayuda en Allah. Lo que hace es sumergirse en actos de adoración, muchas veces de manera inconsciente, para no pensar en los problemas, esperando una milagrosa solución. Su fe no está puesta en Allah, sino en su forma de actuar. Actúa como un comerciante con Allah, mientras él Lo Adora, espera que Allah responda positivamente a sus deseos y peticiones. Cuando siente que no recibe la respuesta que desea, y las cosas no salen como él pensaba, desiste de Allah, y de Su religión siente que no vale la pena ser musulmán porque no encuentra la solución a sus problemas. Muchas veces se convierten a otra religión es búsqueda de lo mismo o se vuelven ateos.
Quien no cree en Allah, es porque nunca lo ha conocido, nunca ha visto Sus signos, y ciertamente está en estado de gafla (negligencia).
A diferencia del adicto a la religión, el verdadero creyente toma las medidas para lograr solucionar los problemas, pone su confianza en Allah y Sabe que Todo lo que Allah permite, sea percibido como bueno o malo, contiene una Sabiduría Divina.
No necesariamente, las cosas van a tomar el rumbo que deseamos, solo Allah tiene el control sobre todo, y solo Él sabe lo que es mejor para cada uno de sus siervos. Muchas veces lo que vivimos no es precisamente lo que más nos agrada, pero Ciertamente es lo que más nos conviene.
Ciertamente el Shaytan es nuestro mayor enemigo, y está obsesionado con aquellos que quieren hacer incrementar su fe, los perdidos sin guía, son suficientes para ellos mismos, mientras que aquellos que quieren acercarse a Allah son el blanco perfecto. Debemos cuidar siempre nuestras intenciones, nuestros actos, nuestras palabras y nuestros pensamientos. Nuestra forma de lidiar con los conflictos es la muestra más evidente de nuestra fe, es Allah nuestra fuente de guía y el mensajero el mediador de nuestros asuntos?